viernes, marzo 14

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«Nunca me molesto en arreglarme o en tratar de ser atractivo porque simplemente no quiero que nadie se comprometa conmigo; descuido mis buenos atributos y destaco los malos, de modo que tengo un aspecto espantoso y llevo los pantalones equivocados y los zapatos equivocados y llego en el momento equivocado con amigos equivocados y hablo con la gente equivocada, y si aún así, alguien se interesa por mí huyo y me pregunto. ¿En qué me equivoqué?... El asunto es que conocer a una persona más me resulta simplemente demasiado difícil, porque cada nueva persona ocupa más tiempo y espacio...»

Es simplemente agradable el estar sentados y sabernos derrotados ambos; saber que siempre perdemos y no esperar nada, más que hacer lo que queremos, ver el mundo de lejitos, luego formar parte “de” y poder salir fácilmente; pues una vez que uno se queda atascado, es una manía absoluta de contradicciones, vueltas sin sentido y pertenencia.

Siempre -y no sé el motivo de esto- cuando menciona un B cualquiera y las llamadas telefónicas, me viene una imagen bien clarita de Debbie y su cancion Hanging on the telehpone; las llamadas de madrugada como al comienzo y luego las pláticas que en algún momento pierden el eje central de la trama. el andarse perdido escuchando y pedir un momento para tomar una pastilla o dos.

Creo que Hugo tiene como un sexto sentido para con el peligro, por ejemplo anoche:

Estábamos fumando afuera de mi casa y estaba como de noche y había carros pasando. luego de un rato venían como 10 “chavitos” no sé qué edad tenían pero parecían de 16 y estaban haciendo mucho ruido, por toda la calle. entonces cuando estaban frente a nosotros, todo fue un cruce incesante de miradas y luego se fueron. Hugo se puso de pie de prisa y camina hacia el frente, y luego escucho a los tipos preguntándole algo y el simplemente les dice “¿qué quieren?” sin dejar de lado el cigarrillo –en este punto todo podría ser una película, pero no es así- uno le dice que simplemente quiere un cigarrillo y nada más. Hugo saca la cajetilla y les dice, “¿Qué, quieren esto?” después de todo este dialogo yo también ya estaba al frente y viendo a los tipos que veían extrañados la situación; fue ahí donde de pronto Hugo saca el humo acumulado del cigarrillo y dice “pues no hay, váyanse” creo que de no ser el momento inadecuado, me reiría demasiado de esto, pero no sucedió.
Luego de todo el drama de la partida entre “pinches vatos” “vamos a partirles su madre” hugo voltea y me dice “pinches morritos, cuando me acerque, estaban todos al lado, como esperando algo” claramente uno sabe que Hugo huele el peligro, le gusta, lo vive. además claro de la llave inglesa que siempre trae por si sucede algún imprevisto.